De repente ese hijo, hija se independiza de nuestro cuerpo y ahora lo llevamos en brazos... hasta que esos 3 kilos se van transformando gracias a las miles de calorias que le brindan la leche en el doble o triple. Los transportamos entonces en los hombros, sobre la cadera, a caballito ya que parece ser que ningun cochecito puede reemplazar el cuerpo de una madre.
Mientras nuestras hormonas descubren un baile nuevo, dejar de producir leche... y nos damos cuenta que tenemos una composicion corporal que debemos reorganizar mientras intentamos que nuestros hijos no coman las plantas del jardin pero prueben una hoja de espinaca por decimacuarta vez que nunca logra ser camuflajeada bajo ningun condimento.
Alrededor del año... el momento esperado por todos... camina solo.... llega el momento de tener paciencia a que suba y baje todos los escalones de la cuadra y en cuanto descubre que puede saltar de un escalon se lanza a correr por la calle cual record de 100 metros y nosotras corremos detras cargadas de bolsos, juguetes, botellas de agua y demas.
Descubren que pueden tirar y lanzar comida primero y objetos despues y nosotros descubrimos la cantidaaaaad de juguetes que tienen y las mejores tecnicas para sacar manchas de la ropa, paredes, pisos.
Pasamos de a poco a acomodar nuestras horas de descanso pero siempre dormimos con un ojo entreabierto , un oido alerta.
Y esto sigue... diariamente, como dice Marisa monte en su canción.
De mis experiencias laborales recuerdo la cantidad de dias de Spa que se vendia como regalo para el dia de la Madre y luego de tomar uno me di cuenta porque.
Les deseo a todas las madre y potenciales madres un momento de Spa

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